Perico necesita hacer caca y se esconde detrás de un árbol. Pero al terminar, se da cuenta de que no tiene con qué limpiarse. Encuentra un calzón viejo colgado de una rama, lo usa… y lo tira. Entonces, aparece "la vocecita", su conciencia, que le reprocha su acción y le exige que limpie su desastre. Lo que Perico no sabe es que ese calzón tenía dueño.
Este cuento, irreverente y desternillante, utiliza una situación escatológica para introducir de forma natural temas importantes como la higiene, el respeto por lo ajeno y la capacidad de asumir errores. La historia da un giro inesperado al final, con un remate cómico que hará reír tanto a niños como a adultos.
